miércoles, octubre 12, 2005

Africa in my mind

Hablar de África es hablar de uno de los temas que me duele de verdad. Las imágenes que llegan de la frontera con Melilla y las de personas "repatriadas" -se me vinieron a la cabeza las imágenes de los trenes llenos de prisioneros de "La Lista de Schindler"- son terribles. Detrás de cada uno de esos "subsaharianos"-eufemismo para "persona"... sólo que esta última palabra podrá herir nuestra sensibilidad mientras cenamos" hay una historia, familia y tragedia. Es cierto que España sola no se puede hacer cargo de la gran cantidad de personas que intenta cruzar nuestras fronteras, pero las soluciones que se dan (subir el muro, ampliar el número de patrullas, firmar convenios bilaterales para repatriar a los inmigrantes...) no son soluciones. Es como intentar tapar un colador con alfileres.

Soluciones serían llegar a una política comunitaria de inmigración; tener 25 leyes de extranjería es una payasada si se pretende afrontar en serio el reto que se nos plantea, en un marco de libre circulación de personas. La verdadera solución, pero, sería que los países desarrollados se comprometieran de una -jodida- vez a ayudar a los países en vías de desarrollo con seriedad. No puede ser que quedemos como los buenos de la película (llenándonos la boca con palabras como "Alianza de Civilizaciones" o haciéndonos la foto para arrancar votos en visitas de dos horas a Ceuta) concediendo ayudas a países que más tarde nos devolverán hasta siete veces esa cantidad en forma de intereses de la deuda. Ojo, no ataco a ningún partido en concreto; ¡aquí reciben todos!

España, si de verdad quiere ayudar, podría dejar de ser una de las principales impulsoras y defensoras de la PAC (Alemania está que trina con España*) debería cambiar su postura en el Consejo Europeo e impulsar la apertura de nuestros mercados a los productos provinentes de países subdesarrollados. Aproximadamente el 45% del presupuesto de la UE se va a la PAC, cuando sólo el 5% de la población europea vive del campo.

Aboliendo la PAC pagaríamos menos por nuestra cesta de la compra, sacaríamos de la miseria a millones de personas (y, ¡sorpresa! quizás llegarían menos inmigrantes) y, quien sabe, tal vez con los recursos que nos ahorremos con lo anterior, podríamos indemnizar a los campesinos y ganaderos europeos afectados.

* "España ha sido la mayor receptora de Fondos de Cohesión en términos absolutos y uno de los países más beneficiados por la PAC -ahí Francia nos gana de calle-... y ahora que tienen un nivel de PIB más alto -de hecho, con la última ampliación, superior a la media UE- se niegan a ayudar a países que están en la misma situación que España en 1985..." Ese es el razonamiento alemán frente a las resistencias españolas a dejar de percibir fondos de la UE. Francamente, razón no les falta...

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