lunes, diciembre 18, 2006

En pintura

Me encanta la pintura. No tengo ni el pulso ni la paciencia para poder dedicarme activamente pero sí intento no perderme ninguna de las exposiciones que se llevan a cabo en Barcelona y, cuando visito alguna otra ciudad, las pinacotecas suelen ser uno de mis principales destinos.

La semana pasada tuve la suerte de poder visitar en dos días tres exposiciones, muy recomendables todas ellas.

En primer lugar, en el Museo Thyssen de Madrid, la exposición sobre Sargent y Sorolla -que eran amigos íntimos- es sensacional. El realismo en los retratos de Sargent, las influencias mutuas, los ojos "chinchados" de los niños en una playa por el resol,... si alguno se pasa por Madrid un día de estos, no se la puede perder.

La segunda de las exposiciones a las que me refería es a la temporal del MNAC de Barcelona, donde se presenta una colección de pinturas del MOMA de Nueva York de diversos autores europeos. A falta de un hilo conductor y cierta coherencia en la elección de las obras (el único nexo entre éstas es que los autores nacieron en el Viejo Continente) algunas de ellas son espectaculares. Me encantaron unos girasoles de Monet (mi pintor favorito, por cierto), y un cuadro de Cézanne al que sólo le faltaban tahitianas... Id a verlo y éntenderéis a lo que me refiero.

Por último, Caixaforum expone hasta febrero una colección de obras de Fragonard. Vaya por delante que no me gustan especialmente el romanticismo y naturalismo como movimientos pictóricos pero debo reconocer que la visita resultó muy didáctica, mostrando las múltiples facetas del pintor (desde su vertiente más academicista hasta algunas obras que rozan el impresionismo, pasando por algunos plagios descarados). Sin embargo, salvo para los fanáticos de Fragonard, la visita puede resultar un poco dura.

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